Había
pensado preparar unos macarons para llevar a una cena con catorce
personas, pero la cena se retrasó unos días, aumentó el número de
invitados... Como no los había rellenado aún, cambié de idea y los
convertí en bombones.
Ingredientes
120 g de clara de huevo
120 g de almendra en polvo
220 g de azúcar glas
30 g de azúcar
Mezclar el azúcar glas con la almendra y tamizar.
Montar las claras, añadir el azúcar y seguir batiendo hasta conseguir que el merengue forme picos.
Añadir la almendra y mezclar suavemente hasta que esté perfectamente unido. A una parte se le añade colorante rojo y la otra se deja de color natural para espolvorear los macarons con cacao en polvo.
Llenar con la pasta una manga pastelera con boquilla lisa y dibujar círculos de 3,5 cm en una placa cubierta con papel de horno. Resulta más fácil si se pone debajo del papel una plantilla con los círculos dibujados.
Golpear la bandeja sobre la mesa para eliminar las burbujas de aire.
Dejar secar media hora y meter en el horno precalentado a 160º durante 14 minutos.
Despegar del papel cuando estén completamente fríos.
200 g de chocolate fondant
Fundir el chocolate al baño maría.
Poner la plantilla debajo de un tapete de silicona o un papel vegetal y hacer círculos con el chocolate fundido, colocar encima las conchas de macaron antes de que endurezca y decorar con unos hilos de chocolate. Poner a enfriar.
Con estas cantidades salen unas setenta mitades, después de quitar los rotos y los feos quedaron cincuenta bombones.
La combinación del chocolate negro con la dulzura del macaron es estupenda, aunque hice algunos de chocolate con leche para dar gusto a todos. Tiene que conservase en frío, con este calor el chocolate se derrite rápidamente.