Este
año, he plantado un calabacín en una maceta. Después de cuatro
flores masculinas, se abrió una femenina. Como no quería
arriesgarme, le eché una mano a la naturaleza y la fecundé
manualmente. Con un bastoncito de algodón se coge polen de la flor
masculina y se pone en la femenina.
En
una semana el calabacín ya estaba así.
Las
flores masculinas, cuando no coinciden en el tiempo con las
femeninas, se pueden usar para cocinar. Están muy buenas rellenas de
queso y rebozadas con una pasta hecha con huevo, harina y una pizca de levadura en polvo. También se puede usar el preparado para tempura.
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