El París Brest, debe su nombre a una carrera
ciclista que se celebraba entre esas dos ciudades y esa es la razón
de su forma, que recuerda una rueda. He leído que la carrera ha cambiado y ahora los participante ya no son profesionales si no aficionados, aunque sigue siendo un recorrido muy duro de 1200 Km.
De cualquier forma, el pastel se ha convertido
en un clásico de la repostería francesa. Y es el que elegí para
preparar de postre en el santo de mi hermana. Consiste en una corona de pasta
choux rellena de crema de praliné, en Francia, el praliné deben
venderlo en cada esquina pero aquí no es tan fácil de encontrar,
así que lo he sustituido por turrón de jijona y el resultado ha
sido estupendo.