Estas galletas las preparé para llevar cuando fui a despedirme de una de mis sobrinas que ha pasado sus vacaciones con sus padres. Ha estado tres semanas aquí y ya ha vuelto a Versalles donde trabaja. La echaremos de menos.
Ella quiso que probáramos los triángulos y nos los ofreció con el café, así que después de todo, sólo pudo llevarse uno a su casa.
Ingredientes
1 huevo
70 g. de harina
50 g. de azúcar
1/4 taza de aceite
1 cucharadita de levadura en polvo
1 taza de frutas secas: pasas, arándanos, cerezas...
Avellanas
Almendras
Pipas de calabaza
2 cucharadas de ron
4 cerezas confitadas
Poner en remojo en el ron las frutas partidas en dos o tres trozos, según su tamaño.
Batir muy bien el huevo con el azúcar, añadir el aceite y la harina mezclada con la levadura. Incorporar las frutas escurridas guardando el líquido que suelten.
Untar de mantequilla el molde y cubrirlo con harina sacudiendo la que sobre, echar la masa extendiéndola bien, debe quedar una capa delgada, distribuir los frutos secos hundiéndolos un poco y meter en el horno precalentado a 180º durante 15 o 20 minutos, hasta que esté dorado.
Glasa
Azucar glas
1 chorrito de limón
Ron de haber remojado las frutas
Mezclar el ron con el zumo añadiendo la cantidad de azúcar necesaria para que espese.
Desmoldar y poner a enfriar un poco en una rejilla, partir en triángulos, decorar cada trozo con media cereza y un zig zag de glasa como se ve en la foto y meter en el horno suave 8 o 10 minutos. Poner de nuevo en la rejilla hasta que se enfríen completamente.
El doble horneado hace que queden dorados y crujientes como galletas.
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