Hace
muchos años que mi hermana me enseñó esta receta, está en un libro de
cocina que compró en Alemania durante el tiempo que vivió allí.
No
la preparo con frecuencia porque se necesita un tipo de ciruelas que
no siempre se encuentra en las fruterías de aquí.
Este
año las he visto y las he comprado inmediatamente, son unas ciruelas
negras de forma alargada y con el hueso fácil de desprender.
Para
que el resultado sea el pretendido, tienen que ser pequeñas y no
estar muy maduras. Yo no lo he conseguido esta vez, eran grandes,
desiguales y estaban maduras.
De
todas formas está igual de buena, una masa tierna, ligera, poco dulce y un
centro jugoso con mucha fruta.
Ingredientes
Masa
100 ml de leche
50 g de azúcar
1 huevo
1 cucharadita de sal
50 g de mantequilla
300 g de harina
25 g de levadura fresca
Relleno
1 kg de ciruelas
2 cucharadas de azúcar
1 cucharadita de canela
Desmenuzar la levadura en un poco de leche templada con una cucharadita de azúcar y esperar hasta que esponje. Mientras poner la harina en un cuenco, echar la mezcla de levadura en el centro, hacer una masa blanda con la harina de los bordes y dejar reposar unos quince minutos, añadir el resto de los ingredientes y amasar, tapar con un trapo limpio y dejar en sitio templado hasta que doble el volumen.
Mientras tanto, lavar y secar las ciruelas, hacerles dos cortes perpendiculares en el extremo opuesto al rabito y sacar el hueso.
Extender la masa en un molde y poner encima las ciruelas con el corte hacia arriba, llenando todo el hueco, espolvorear con la mezcla de azúcar y canela. Dejar reposar de nuevo.
Cocer en el horno precalentado a 180º durante 30 minutos.
Tenía unas pocas frambuesas que me quedaron de la receta anterior y puse una en el centro de cada ciruela.
Etiquetas: ciruela, ligera, tarta, tarta de fruta