Tenía nata que me quedó después de preparar las florentinas y pensé que lo más práctico y fácil era usarla en un bizcocho, aunque suelo hacer los bizcochos con aceite, el de nata también está muy bueno. Aquí se sustituye directamente el aceite de mi receta habitual por la misma cantidad de nata.
Ingredientes
4 huevos
200 g. de harina
150 g. de azúcar
200 ml de nata
1 ½ cucharadita de levadura en polvo
Empezar por separar las yemas de las claras.
En un cuenco, batir muy bien las yemas con la mitad del azúcar, añadir la nata, tamizar la harina con la levadura sobre el cuenco y mezclar. Montar las claras con el resto de azúcar, incorporarlas a la masa anterior con movimientos envolventes.
Untar de mantequilla el molde y cubrirlo con azúcar, echar la masa, alisando la superficie con una espátula, meter en el horno precalentado a 180º durante 30 o 40 minutos, hasta que esté dorado y al pincharlo con una aguja, salga limpia. Al sacarlo del horno, esperar unos minutos y desmoldarlo sobre una rejilla, dejándolo hasta que esté totalmente frío.
Había leído en algunas recetas que se prepara el molde untándolo con mantequilla y se espolvorea con azúcar en lugar de harina, que es lo habitual, lo he probado por primera vez en este bizcocho y se ha desmoldado facilmente, quedando la superficie con un color dorado muy apetitoso.
A los niños les encanta con un vaso de leche para merendar.
Etiquetas: bizcocho, merienda, nata