Pasta
quebrada
200 g de
harina
80 g de
mantequilla
1 huevo
1 vasito
de agua fría
1
cucharada de azúcar
1 pizca
de sal
Se pone la harina en una ensaladera, se espolvorea con la sal y el azúcar, se añade la mantequilla en trocitos. Se mezcla hasta que parezca serrín, se añade el huevo y el agua si es necesario, formar una bola y dejar tapada en sitio fresco. Extender con un rodillo y forrar un molde desmontable de 21 cm de diámetro. Pinchar el fondo con un tenedor y conservar en frío mientras se hace el relleno.
Relleno
1 1/4 Kg de
manzanas golden pequeñas
Ciruelas
pasas sin hueso
Orejones
200 g de
requesón
200 ml
de nata líquida
3 huevos
80 g de
azúcar
1
cucharadas de azúcar moreno
1
cucharadita de canela molida
Zumo de
limón
Se pelan
las manzanas, se quita el corazón y en el hueco que queda, se ponen
las ciruelas pasas y orejones que quepan, se hacen unos cortes poco
profundos con un cuchillo y se van colocando muy juntas en el molde,
con los cortes hacia arriba.
Se pasan
el requesón y los huevos por un colador, para que no queden grumos, se añade la nata y el
azúcar, mezclando sin batir. Se vuelca la crema en el molde entre las manzanas.
Se echa
sobre cada manzana, unas gotas de limón, un poco de azúcar moreno y
canela.
Se cuece
en el horno precalentado a 180º durante 50 minutos o una hora, pinchando
en el centro para ver si está hecho.
Se deja
en el horno apagado hasta que esté templado.
Cuando
se enfríe completamente se pasa con cuidado al plato de servir y se espolvorea con azúcar glas.
La combinación de manzana y queso es estupenda, una tarta muy rica, poco dulce, para los amantes de los postres de fruta.