El kringel es una corona trenzada de masa de brioche. Habitualmente se rellena de una mezcla de azúcar y canela y así lo he preparado alguna vez.
En esta ocasión la hice para mi cuñada que tiene debilidad por la yema y las pasas en coñac. Este relleno, la hace completamente diferente de la clásica, con un sabor muy original.
Ingredientes
Masa
200 ml de leche
2 cucharadas de coñac
70 g de azúcar
2 huevos
100 g de mantequilla blanda
500 g de harina de fuerza
25 g de levadura fresca
Poner las pasas a remojar en el coñac durante al menos una hora, escurrir y guardar el líquido para utilizarlo en la masa.
Desmenuzar la levadura en un poco de leche templada con una cucharadita de azúcar, mezclar y esperar hasta que esponje. Mientras poner la harina en un cuenco, echar la mezcla de levadura en el centro, hacer una masa blanda con la harina de los bordes y dejar reposar unos quince minutos, añadir el resto de los ingredientes menos la mantequilla y amasar, la masa debe quedar blanda. Incorporar la mantequilla, continuar amasando hasta que se integre totalmente en la masa. Tapar con un paño limpio y dejar en sitio templado hasta que doble el volumen.
Relleno
Crema de yema
80 g de pasas
1 nuez de mantequilla
En
una mesa enharinada, formar una bola con la masa, estirar con un
rodillo hasta conseguir un rectángulo. Extender la crema de yema
dejando libre un borde de 2 cm. Repartir las pasas escurridas y poner
unos pegotitos de mantequilla. Enrollar la masa por el lado más
largo, dejando la unión hacia abajo. Cortar a lo largo con un
cuchillo afilado sin llegar al final para dejar unidas las dos
mitades. Entrelazar los dos brazos con el corte hacia arriba y unir
los extremos formando una corona. Cocer en el horno precalentado a
180 º durante 30 minutos.
Dejar enfriar sobre una rejilla. Colocar en el plato de servir y espolvorear con un poco de azúcar glas.
Etiquetas: brioche, crema de yema, pasas