Tarta para el cumpleaños de Laura

Ingredientes

Bizcocho

2 huevos y una clara 

130 g. de harina + una cucharada de maizena
120 g. de azúcar
1/2 taza escasa de aceite de girasol
1/2 sobre de levadura en polvo

Batir las claras a punto de nieve con el azúcar, añadir las yemas, el aceite y la harina tamizada con la levadura, ya sin batir.

Untar de mantequilla el molde y cubrirlo con harina sacudiendo la que sobre, echar la masa y meter en el horno precalentado a 200º durante 30 o 40 minutos, dependiendo de la forma del molde.

Está hecho cuando al pincharlo con una aguja, sale limpia

Relleno
200 ml de nata
120 g de chocolate con leche
80 g chocolate fondant
1 hoja de gelatina

Poner la gelatina en agua fría. Fundir el chocolate con un poco de nata y montar el resto, no demasiado. Añadir la gelatina escurrida y remover hasta que se integre todo. Dejar enfriar.

Añadir la nata montada con movimientos envolventes.

Partir el bizcocho en tres y rellenarlo con la crema, dejar que cuaje en el frigorífico.

Espolvorear con azúcar glas y adornar con galletas de mantequilla, en esta ocasión, dos galletas  en forma de alas de mariposa

Hojas de mármol

Ingredientes

2 huevos
200 g. de harina
60 g. de azúcar
80 g de mantequilla
1 cucharada de ron
1 cucharadita de levadura en polvo
1 cucharada de cacao en polvo
1 cucharada de leche

Batir muy bien la mantequilla con el azúcar, añadir los huevos uno a uno y el ron, al final, mezclar suavemente la harina tamizada con la levadura.

Dividir la masa en dos partes iguales, a una de ellas añadir el cacao disuelto en la leche.

Llenar los moldes con la masa alternando los dos colores y meter en el horno precalentado a 180º durante 15 o 20 minutos hasta que estén doradas.

Esta receta venía en la caja del molde de silicona. Queda una masa bastante dura y el resultado es un poco demasiado denso, tanto que no le he llevado ninguna a quien me lo regaló, como era mi primera intención.

El desmoldado es perfecto, se ven los nervios con todo detalle. Las repetiré con menos harina. 

Mini huerto

Este año, he plantado un calabacín en una maceta. Después de cuatro flores masculinas, se abrió una femenina. Como no quería arriesgarme, le eché una mano a la naturaleza y la fecundé manualmente. Con un bastoncito de algodón se coge polen de la flor masculina y se pone en la femenina.

En una semana el calabacín ya estaba así.

Las flores masculinas, cuando no coinciden en el tiempo con las femeninas, se pueden usar para cocinar. Están muy buenas rellenas de queso y rebozadas con una pasta hecha con huevo, harina y una pizca de levadura en polvo. También se puede usar el preparado para tempura.